
Esta tarde la señora Mónica Castañé fue recibida en la sede de la Conferencia Episcopal, por los dos enviados del Vaticano, el cardenal Orani Joao y el monseñor Jordi Bertomeu, que llegaron al país investigar el caso de la denuncia por acoso sexual que hizo su hija, Belén Whittingslow.
«Están muy preocupados con todo lo que pasa en la Iglesia Católica con los acosos, abusos y pederastia», expresó Castañé y señaló que los mismos manejaban perfectamente la información. “Están muy preocupados por el caso de mi hija», agregó.
Continuó: «No perdemos la fe, pero nada en la vida ni nada de lo que hagan absolutamente va a reparar o resarcir el dolor que le causaron a mi hija. Es un acto criminal».
Afirmó que Belén quiere volver al país e ir a un juicio oral con la Universidad Católica buscando que los celulares se periten.