
El viceministro de Educación, Robert Cano, aclaró que esa cartera no promueve que se haga el conocido como último primer día de clases (UPD), una costumbre arraigada en ciertas instituciones pero que supone el riesgo de romper un protocolo meticulosamente trabajado. En caso que algunos alumnos participen de esa actividad, tendrán que quedar aislados y recién luego de 10 días podrán volver a clases.
Por otro lado sostuvo que actualizando el portal de inscripciones puede confirmar que el 50 por ciento de los niños volverán al sistema presencial. Según las estadísticas que maneja ya en el sector privado, alrededor de 70% también irá a clases.
En otro momento reconoció que la mayoría de las aulas están en condiciones de recibir a los alumnos y solo 5% de ellas se encuentran en estado crítico, pero eso representa casi 500 escuelas. “No pondremos en riesgo la integridad física de los chicos, por tanto donde no se den las condiciones, no habrá clases presenciales”, aseveró.