
Así indicó la ministra de la Secretaría de Políticas Lingüísticas del Paraguay, Ladislaa Alcaraz, consultada sobre el caso de la estanciera brasileña que prohibió a sus empleados expresarse en guaraní.
La funcionaria afirmó que se debe denunciar esto, pues las lenguas justamente se silencian cuando se las prohíben.
“Quienes desprecian o subvaloran una lengua, es desconsiderado con el hablante”, agregó. También manifestó que los propios empleadores privados tienen la obligación de dar información a sus empleados en su lengua.
Lamentó que mucha gente no denuncie ese atropello solo por conservar su empleo.