
Este martes es una fecha emblemática para la Itaipú Binacional, ya que se salda la deuda que hizo posible la construcción y puesta en marcha de la Central Hidroeléctrica, el emprendimiento impulsado por Paraguay y Brasil.
Con una última cuota de USD 115 millones, abonada este mes, se puso fin al compromiso financiero de casi 50 años de la Entidad para concretar este colosal emprendimiento. De esta forma, Paraguay y Brasil obtienen un legado patrimonial, en igualdad de derechos y condiciones, además de una planta hidroeléctrica eficiente para seguir cubriendo con calidad y confiabilidad las necesidades energéticas de ambos pueblos.
Es oportuno resaltar el esfuerzo y la voluntad de los países dueños del emprendimiento energético durante el proceso de cancelación de la deuda, en búsqueda del equilibrio económico y financiero de la Entidad, lo que implicó reestructuraciones y soluciones que derivaron en acuerdos claves para contar con una Central Hidroeléctrica totalmente amortizada en el 2023, entre los que se destacan: las sucesivas reducciones de las tasas de interés de los préstamos vigentes; la dolarización de la deuda (por ser la moneda de referencia de operaciones de la Binacional); el establecimiento y posterior retirada del factor de ajuste anual contemplado para mantener constante el valor de los saldos deudores en dólares; el compromiso empresarial con medidas para saldar la deuda en tiempo y forma; el cambio en la estructura organizacional para la gestión y el control del servicio de la deuda; entre otros.
Con una producción que ya superó los 2.910 millones de megavatios hora (MWh) desde el inicio de las operaciones de la usina en 1984, el emprendimiento cumplió satisfactoriamente los requerimientos energéticos de los sistemas paraguayo y brasileño; propiciando la radicación de industrias y el desarrollo de las ciudades que se encuentran en su área de influencia directa.
A la par de honrar sus obligaciones financieras, ITAIPU ha consolidado su liderazgo en generación de energía segura, limpia y renovable para impulsar el desarrollo socioeconómico en favor de paraguayos y brasileños.
También se puede afirmar que las múltiples acciones de conservación y protección de la biodiversidad desarrolladas desde el inicio de la construcción de la represa, con el compromiso de salvaguardar los últimos remanentes del Bosque Atlántico del Alto Paraná (BAAPA), representan un enorme legado para la región y el mundo que se traduce en la protección de 120.000 hectáreas de ecosistemas terrestres y acuáticos en ambas márgenes. Solo la margen paraguaya administra ocho reservas naturales más la franja de protección del embalse, que totalizan 87.000 hectáreas de áreas verdes.
Con datos de Itaipú