
La ministra de la Niñez y la Adolescencia, Teresa Martínez, al reflexionar acerca del caso de la menor de 13 años que fue llevada por su propia madre a la privada de la Penitenciaria de Emboscada, calificó el hecho como un crimen.
Sostuvo que no hay consentimiento válido para que una niña tenga contacto sexual con una persona, sea menor o adulta. En este caso, es aún más grave porque se trata de un adulto y en condición de privación de libertad.
Ratificó que de 13 a 16 años se considera estupro y si es contra su voluntad, es coacción sexual, lo cual se considera un crimen. Una adolescente para tener una pareja y que no configure delito, debe haber cumplido 17 años y tener consentimiento de su familia.
Por otro lado, la ministra expresó su indignación ante la posibilidad de que Rafael Esquivel, alias “Mbururú”, asuma una banca en el Senado de la Nación al estar procesado por presunto abuso sexual de una menor, pero lo que más le sorprendió es que en Alto Paraná, una zona considerada roja en ese tipo de delitos, la gente lo haya votado.