
Fue lo que reveló el cardenal Adalberto Martínez en el acto cumplido frente a la Catedral Metropolitana esta mañana. «Su Santidad quería ya hace tiempo designar uno o dos cardenales paraguayos, cuando visitó nuestro país ya tenía eso en mente y lo cumplió», resaltó.
Mencionó que ser investido cardenal es un gran honor pero, sobre todo, una gran responsabilidad para la iglesia, un desafío de ser un punto de apoyo para el diálogo y entendimiento entre los paraguayos. «No podemos ignorar los conflictos, pero hay que desarrollar la capacidad de resolverlos y lograr la paz social», añadió.