En realidad, este asunto de ubicar a parientes cercanos en las embajadas y consulados es una práctica que proviene de los tiempos de la dictadura y constituye uno de los tantos usos y costumbres que jamás hemos modificado.
Han pasado 35 años de la caída de Stroessner y seguimos manteniendo a los amigos y a la parentela en el costoso servicio exterior con la excusa del famoso cupo político y desconociendo escalafones y méritos acumulados por aquellos que realmente se han preparado para tan delicadas funciones.
Cualquiera que haya pasado el medio siglo de vida recordará que nuestros compañeros y amigos de colegio y facultad, hijos de ministros, altos jefes militares, parlamentarios y caudillos políticos acaparaban con su parentela los más apetecibles cargos intermedios e incluso menores en las legaciones diplomáticas paraguayas en todo el mundo.
Ni que decir el usufructo de otros privilegios menores como los pasajes de favor en Líneas Aéreas Paraguayas y las becas para estudiar en Brasil y otros países fraternos sobre todo en épocas de la construcción de la represa de Itaipú.
Uno recuerda perfectamente que, mientras nuestros padres hacían ingentes esfuerzos por solventarnos una carrera universitaria, los cachorros del poder estudiaban a costa del Estado en Brasilia, Washington, Miami, y las principales capitales europeas. Aquello no ha cambiado mucho en el actual proceso democrático, lastimosamente.
Todos hemos asistido impávidos ante el desfile grotesco de cónsules que apenas podían balbucear el español más básico, o representantes que se dedicaban a la expedición irregular de pasaportes o al contrabando de oro y otros ilícitos. Esas cosas eran normales en dictadura y en gran parte no se han corregido en democracia. Quizá lo único que se hizo fue gotear algunos carguitos para los amigos de la oposición, de tal modo a no generar protestas.
Por eso, si realmente se quiere ir a fondo con el caso de la hija del Diputado Esgaib, el ministerio de Relaciones Exteriores debería iniciar una auditoría pública de todos los cargos y funciones otorgadas en por lo menos los últimos 20 años en dicha cartera de Estado. Los resultados podrían ser más sorprendentes de lo que imaginamos. Es muy probable que la mitad del personal contratado o nombrado provenga del sistema prebendario de siempre.
De paso, esa revisión serviría para depurar un servicio de fundamental importancia estratégica para nuestro país y haría por fin justicia con aquellos centenares de funcionarios realmente capacitados que, por no perder su trabajo, nada dicen, mientras se dedican a reparar las metidas de pata de los advenedizos de la diplomacia paraguaya. Errores garrafales y faltas graves de conducta que incluso nos han puesto más de una vez al borde de algún entredicho con naciones amigas.
Será de elemental justicia cambiar esta dura y vergonzosa realidad.
MF
"A la vieja usanza"
— MEGA TV (@Megatv_py) April 26, 2024
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