La homilía en el tercer día del novenario a la Virgen de Caacupé estuvo a cargo del cardenal Adalberto Martínez, arzobispo metropolitano de Asunción.
El prelado advirtió a las autoridades nacionales que la corrupción es un pecado grave, contradice la voluntad de Dios, pues roba los recursos financieros necesarios para mejorar las condiciones de vida de los sectores más empobrecidos de la sociedad.
El cardenal citó también la problemática de la tierra que obliga a las familias campesinas y comunidades indígenas a una migración forzada.
Martínez señaló que siendo Paraguay un país capaz de producir alimentos para todo el mundo, resulta hasta un escándalo moral que cientos de miles de pobres extremos aquí no puedan satisfacer sus necesidades básicas de alimentación. “Hay 400 mil paraguayos que pasan hambre todos los días”, agregó.