Hoy marcharon con sus blancos uniformes y sus reclamos a flor de piel. Son aquellas personas que probablemente serán las últimas que veremos al final de nuestras existencias. Las que nos atenderán en los momentos más difíciles de nuestras vidas. Sin embargo, como sociedad, como “Estado Social de Derecho”, las maltratamos y desconocemos sus justas reivindicaciones.
En el Paraguay hay más de 12 mil enfermeras contratadas en MSPBS, sin seguridad social, sin cobertura de seguro médico y con contratos por seis meses, situación que genera una gran intranquilidad e incertidumbre.
Persiste la oprobiosa práctica de la falta de pago por el trabajo en el turno nocturno y días feriados y festivos. Algo tan básico como inmoral. En pleno siglo XXI el Estado paraguayo todavía no es capaz de reconocer conquistas laborales que ya tienen casi 100 años.
Falta de seguridad laboral: por ejemplo, el trágico caso de la muerte de una enfermera, en su lugar de trabajo a causa de la explosión de una autoclave, en el Hospital de Mariano Roque Alonso, la Lic. Claudia Samudio.
La gran inequidad salarial en el instituto de Previsión social más de 900 miembros del personal de Enfermería con salarios menores a 2.900.000, cuando el salario piso a nivel país para esta profesión es de 4.320.000 guaraníes.
Esto es lo que exigen:
Respeto al derecho adquirido de la jubilación 25 años de servicio y 55 años de edad, modelo de reparto solidario. 5 años para el cálculo para la caja fiscal y 3 años para el IPS.
Respeto a la Carrera Profesional de Enfermería Ley 6625, se contemple en el anteproyecto de presupuesto 2025, los recursos para el ingreso a la Carrera año 4 de la carrera profesional establecido en el artículo N.º 29.
Por la desprecarizacion de 1000 contratados y la firma de contratos por 1 año.
Concurso de títulos méritos y aptitudes para el primer empleo en todas las instituciones: IPS, Hospital de Clínicas MSPS y BS. Solicitamos un plan, para el cumplimiento gradual del pago por el turno nocturno y seguro médico para los contratados.
Puede que sea mucho. Pero lo vienen pidiendo desde hace muchísimo tiempo. Por lo menos se podría trazar una hoja de ruta que vaya avanzando sobre cada uno de estos tópicos. Un plan sustentable que les de la tranquilidad de una vida profesional digna y una jubilación acorde con el esfuerzo realizado.
De no ser así, no nos sorprendamos el día de mañana con más emigración de enfermeras a Europa y otros continentes, hasta quedar en manos de personas no calificadas para tan delicada función.
Ellas también merecen estar “un poco mejor”, aunque no sean «nepobabys», ni «nepoamantes» de autoridad alguna.
MF