Los datos preliminares del Censo 2022 confirmaron lo que las proyecciones de la encuesta permanente de hogares ya advertían, la constante disminución del promedio de hijos por mujer.
Desde que se tienen registros continuos, el índice de fecundidad en nuestro país fue descendiendo década tras década. Así, de 6,5 hijos por mujer en los ’60 del siglo pasado descendió a 3,5 en los 2000 y para el año que viene estará en 2,32 hijos por mujer.

Cruzando esto datos con la Tasa de Mortalidad Infantil que está 23,6 defunciones por cada 1.000 menores nacidos vivos y, con el índice de defunciones general que se mantiene en 5,7 por cada 1.000 habitantes, se tiene como resultado un descenso de la población de niños y adolescentes, mientras que la población de adultos mayores está aumentando.
Analizados a través del tiempo, la evolución del promedio de fecundidad y la tasa de mortalidad afectaron el balance de la estructura poblacional del país. En 1950 los mayores de 65 años representaban el 3.7%, la población infantil hasta los 14 años el 43,8% y quienes tenían entre 15 y 64 años, considerada la fuerza laboral, el 52,5%.
Hasta inicios de que en los ’90s no se dieron grandes cambios en la estructura poblacional, pero desde la década siguiente, se dio una importante disminución de niños, hoy son 20% menos mientras que la población de mayores de 65 años trepó a 8,8%. Los niños nacidos a mediados del siglo pasado hoy son adultos, por eso el segmento de 15 a 64 años trepó al 66,5%. Esta es la fuerza laboral actual, lo que se conoce como “bono demográfico”.

¿Por qué es importante la disminución del promedio de fecundidad?
Porque a este ritmo, ese “bono demográfico” irá disminuyendo en las próximas décadas, frenando así la economía al tiempo que se contrae la población total.
No olvidar que el último censo arrojó como resultado que somos 6.109.644 habitantes, 1.500.000 menos de lo que suponíamos. Si bien se trató de justificar esta cuestionada disminución argumentando la migración y la pandemia, son números claros e irrefutables de una contracción poblacional.