El submarino Tonelero, tercer fruto de la asociación entre Brasil y Francia en el marco del Programa de Desarrollo de Submarinos (ProSub), ya está a flote y pronto se sumergirá en aguas brasileñas. La ceremonia de bautizo y botadura de la nave contó con la presencia de los presidentes de ambos países, Luiz Inácio Lula da Silva y Emmanuel Macron, en el Complejo Naval de Itaguaí, situado al sur de Río de Janeiro.
«Hoy, Brasil forma parte de un pequeño grupo de países que dominan la construcción de submarinos. ProSub es el mayor y más importante proyecto de cooperación internacional en defensa de Brasil. Garantiza la soberanía brasileña en nuestra costa; fortalece la industria naval, generando empleos e ingresos; y promueve el desarrollo del sector con mucha innovación», afirmó el Presidente Lula durante el evento.
El mandatario recordó que en 2025, año en que se celebrará el bicentenario de las relaciones entre los dos países, será botado el Angostura, cuarto submarino del programa. «El Presidente Macron y yo acordamos ampliar este esfuerzo con la creación del Comité Bilateral de Armamento, centrado en el desarrollo de sinergias y en la promoción de un mayor equilibrio en nuestro comercio de productos de defensa», añadió.
En su discurso, Macron dijo que el astillero construido para fabricar el submarino es uno de los más modernos del mundo y el único instalado en Sudamérica. «Nunca hemos compartido tanto nuestros conocimientos técnicos como lo estamos haciendo ahora con Brasil. Estamos muy orgullosos de haberlo hecho», dijo el presidente francés.
Macron añadió que potencias pacíficas como Francia y Brasil tienen que «hablar con firmeza y fuerza» si no quieren ser lacayos de otras naciones. «Tenemos la misma visión del mundo. Rechazamos un mundo prisionero del conflicto entre dos grandes potencias. Y tenemos que defender nuestra independencia, nuestra soberanía y el derecho internacional».
También presente en el acto, el ministro brasileño de Defensa, José Múcio, afirmó que las inversiones en proyectos estratégicos de las Fuerzas Armadas van mucho más allá de entender sólo las necesidades de la defensa del país. «Estamos hablando de creación de empleo, alta cualificación, aumento de ingresos y recaudación de impuestos».
Según el Poder Ejecutivo, la expectativa es que ProSub tenga un «impacto significativo» en la economía del país, generando más de 60 mil empleos directos e indirectos. Alrededor de 700 empresas participan en el proyecto.
Con más de 71 metros de eslora y 1.870 toneladas de peso, el submarino Tonelero, convencional y con propulsión diésel-eléctrica, iniciará las pruebas para evaluar su estabilidad en un entorno marítimo, así como sus sistemas de navegación y combate.
Con la transferencia de tecnología prevista en la asociación con Francia, Brasil tendrá mayor capacidad para diseñar, construir, operar y mantener sus submarinos de propulsión convencional y nuclear.
El ProSub ya ha permitido la entrega de los submarinos Humaitá y Riachuelo. Después del Tonelero, el próximo será el convencional Angostura. También está prevista la construcción del submarino nuclear brasileño Álvaro Alberto.
El comandante de la Armada brasileña, almirante Marcos Sampaio de Olsen, destacó que Brasil y Francia comparten intereses convergentes en un amplio espectro, y que «la obtención de un submarino de propulsión nuclear, el mayor activo de la defensa nacional, representará un aumento diferenciado de la capacidad de disuasión y reforzará la seguridad y la soberanía nacionales».
Fuente: Agencia Brasil
