Kristel Candelario (32) ha sido condenada a cadena perpetua por un tribunal de Cleveland por homicidio agravado al abandonar a su bebé de 16 meses durante diez días para irse de vacaciones.
Los lloros de su hija Jailyn resonaron en la casa durante días mientras su madre disfrutaba con un amigo de las playas de Puerto Rico. Después de unos días de sol y una parada en Detroit, regresó a casa el 16 de junio del año pasado y encontró el cuerpo de su hija muerta.
Según los investigadores policiales, al encontrarse el cadáver, la limpió y la cambió de ropa, después llamó al 911 gritando «por favor, ayúdame. Mi hija se está muriendo».
La fiscal del caso, Anna Faraglia, explicó que el cambio de atuendo no ocultó los horrores por los que tuvo que pasar la pequeña, que fue encontrada acostada en un colchón impregnado de orina y heces.
A modo de exculpación, Kristle alegó que cree que Dios y Jailyn la han perdonado porque ora diariamente por ellos. «No estoy tratando de justificar mis acciones pero nadie sabía cuánto estaba sufriendo y por lo que estaba pasando», relató.
Fuente: La voz de Galicia