El doctor José Fusillo sostuvo que es una de las grandes preocupaciones que hoy tiene la salud pública, la forma en que los dispositivos electrónicos llegan con mucha facilidad a los jóvenes.
Si bien la adicción por la nicotina se perpetuó mediante el tabaco, ahora con los nuevos dispositivos es más fácil acceder al mercado juvenil. «El principal problema es que el control es muy endeble. Existe una resolución que rige desde el 2019 que prohíbe la venta a menores, pero no se cumple», indicó.
Evidentemente las tabacaleras necesitan nuevos clientes, es el caballo de Troya de la industria, es el nuevo negocio que llega a las sociedades más vulnerables.