Es nuestra indolencia. Es la falta de planificación y sobre todo es la corrupción la que nos mata en el primer raudal que se nos cruza enfrente. Eso fue lo que se cobró hoy la vida de dos mujeres que acompañaban a un grupo de muchachos que iban a su graduación del grupo Lince y fueron sorprendidos por el temporal en Luque.
Y si bien es cierto que el gran déficit de infraestructura que padece el país en materia de tratamiento de aguas es un problema de antigua data, tampoco se puede dejar de decir que dominantemente la decisión sobre estos grandes temas nacionales ha recaído desde hace más de 70 años en el poder ejercito por el partido de gobierno. La ANR.
Claro que los gobiernos locales, en los que hay un poco más de alternancia, tampoco han sido capaces de cambiar la historia, en este tema está muy claro que los grandes cambios solo serán posibles con la decisión política firme del gobierno central.
Aquella vieja práctica de apoyar solo a los gobiernos municipales y departamentales doblegados al sector dominante ha demostrado que no sirve para nada, porque finalmente los afectados son proporcionalmente en su gran mayoría sus propios votantes.
La verdad es que, con un presupuesto municipal anual de 3 millones de dólares, de los cuales 500 mil quedan para obras, municipios como el de Limpio, duramente azotado hoy por el temporal, poco o nada podrán hacer para modificar esta realidad. Todo central es una bomba de tiempo en un territorio en el cual vive cerca del 40 % de la población de todo el país. Si no se encara un plan de obras a mediano y largo plazo, el corto plazo será cada vez más virulento y trágico.
De hecho, organismos internacionales ya han diagnosticado detalladamente nuestro problema de tratamiento de las aguas y hasta existe un número grueso de la necesidad de inversión para apuntar a una solución definitiva del problema. Se habla de más menos mil millones de dólares.
Mucho dinero es cierto. Pero no tanto si se planifica por etapas y sobre todo si se contrapone a ese monto lo que se pierde en cada tormenta tanto en vidas humanas como en bienes materiales.
Mientras tanto, todo lo que digamos será más de lo mismo: el eterno plagueo sin consecuencias y la repetición de un drama que se acrecienta con el paso de los años. Ya se ha dicho más de una vez que una de las mejores definiciones de la locura es pretender resultados distintos reiterando una y otra vez las mismas conductas de siempre.
Mientras tanto seguiremos culpando ingenuamente a la inclemencia del tiempo, como aquella vieja canción de Luis Miguel que implora no usar más el pretexto de la noche y la lluvia para justificar nuestra desdicha. Y de paso no seremos capaces de suspender un acto protocolar que ya carecía de todo sentido luego de conocida la tragedia. Falta de empatía que le dicen.
MF
"No es la inclemencia del tiempo"
— MEGA TV (@Megatv_py) April 24, 2024
✍️ Comentario del día, por @ferreiromario1 para #Info18, sobre el temporal que azotó hoy.#MegaTV 🔗 https://t.co/zh1G3kMpqC pic.twitter.com/aYWwuaM8Zm