Richard Salerno, sicólogo educacional dijo que uno queda horrorizado y quebrado ante hechos como el ocurrido con los chicos en Luque, introducidos presuntamente por sus padres en un tambor con agua y cloro, provocando la muerte de uno de ellos.
La actitud de los progenitores puede obedecer a algún resentimiento o abuso sufrido en la niñez y eso les hace perder su propia humanidad, aunque aclaró que, en este caso en particular, no puede ahondar.
“Se termina viendo a otra persona como un objeto como una cosa, no como humano. El proceso de deshumanización se puede dar en la vida de muchos y terminan realizando actos atroces sin sentir la más mínima compasión.