El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, encabezó este miércoles una inusual sesión solemne del Parlamento, que congregó a toda la clase política nacional para la promulgación de una reforma tributaria considerada «histórica».
La nueva normativa, aprobada la semana pasada, fue producto de arduos debates y coronó un esfuerzo intentado sin éxito por el país durante unos 30 años, en los que diversos proyectos fueron quedando en el camino y se mantuvo un sistema complejo, que gradualmente elevó la carga tributaria más allá del 40 %.
«Es un día histórico, extremadamente importante», declaró Lula en un acto realizado en el hemiciclo de la Cámara de Diputados y que reunió a casi todos los ministros del Gobierno y parlamentarios, junto a las autoridades legislativas y del Poder Judicial.
Lula celebró la «madurez» que alcanzó el debate de esa reforma en un Parlamento en el que está representada una veintena de partidos y valoró el «compromiso» de todos los sectores con una reforma que «no solucionará todos los problemas», pero «ayudará a enfrentarlos» con un régimen tributario «más justo».
Uno de los principales cambios del nuevo sistema, apoyado por los gremios patronales, es la creación de un Impuesto al Valor Agregado (IVA) que estará en torno al 25 % y en el que serán unificados cinco tributos que son aplicados actualmente al consumo.
El nuevo IVA estará dividido en dos tributos, uno cobrado por la administración federal y otro, a ser distribuido entre los estados y las alcaldías.
El proyecto incluye una vertiente social, que exenta de impuestos a los productos de la canasta básica, y también un nuevo tributo a los productos perjudiciales para la salud o el medio ambiente, como tabaco, alcohol, gaseosas y pesticidas.
Con información de Infobae