El abogado constitucionalista Hugo Estigarribia indicó que los casos de nepotismo y tráfico de influencias están fehacientemente comprobados, por tanto, se dan las causales más que suficientes para pérdidas de investiduras de los legisladores implicados, pero no se puede lograr, ya que las mayorías constituidas les protegen.
A eso se suma que desde el ministerio público se hacen los ñembotavy para investigar. Advirtió que, si los políticos no perciben que se pasan de la raya con esos abusos, puede haber una reacción ciudadana popular.
Sin dudas hay un mal humor generalizado, una irritación ciudadanía con todo esto de los nepobabys o nepoloros. Lejos de renunciar, se atornillan a los cargos y peor, cada vez surgen nuevos casos.
«Lo del hijo de Roya Torres ya es una burla, qué es lo que puede asesorar un joven de 19 años», se preguntó.