El infausto 2 de febrero pasado, el Servicio Nacional de Prevención y Respuesta ante Desastres (Senapred) había declarado alerta roja en la región de Valparaíso. El termómetro marcaba 27,7 grados y el viento superaba los 22 km/h. Francisco Mondaca, bombero voluntario, y Franco Pinto, ex brigadista de la Corporación Nacional Forestal (Conaf), justamente las personas encargadas de combatir los incendios que suelen asolar Chile en verano, sabían perfectamente que las condiciones eran propicias para que cualquier fuego se propagara.
“Según lo que dice Francisco, (Franco) le habría indicado que era el momento preciso, que estaban las condiciones climáticas y deciden iniciar el incendio. Antes de iniciarlo, Francisco llama a Franco y le dice: okey”, señaló el fiscal Osvaldo Ossandón en la audiencia de este sábado contra ambos imputados, según consigna un reportaje de BBCL Investiga.
Tras su formalización, los acusados quedaron en prisión preventiva y fueron trasladados al Penal Santiago 1. La magistrada acogió la postura de la fiscalía de que ambos actuaron con “dolo directo” y desechó los intentos de las defensas de atribuirles “muerte culposa” tras lo ocurrido, puesto que ambos conocían las condiciones óptimas para provocar un incendio de tal magnitud y las consecuencias que ello traería, incluyendo la pérdida de vidas humanas.
En esta primera etapa del proceso, Mondaca es sindicado por la fiscalía como el autor material de cuatro focos de incendio, mientras que Pinto sería el autor intelectual.
Durante la audiencia, el Ministerio Público les imputó el delito de “incendio con resultado de muerte”, que a juicio del ente persecutor, “efectivamente se encuentra acreditado”. Además, acotaron que el delito de incendio de bosques señala además que “si se comunica el incendio original a edificios o zonas donde había personas, y que esto se podía conocer, efectivamente tiene una pena mayor que da hasta presidio perpetuo”.
Tras cuatro meses de investigación, el Ministerio Público pudo establecer que ese día hubo cuatro focos. Dos de ellos fueron apagados por Conaf y Bomberos, pero el resto – que terminaron unidos en uno solo – destruyó más de 8 mil hectáreas, arrebató la vida a 137 personas y dejó a 16 mil damnificados.
En todos los focos se usó el mismo truco artesanal: cigarrillos adosados a fósforos. Cuando detuvieron a Mondaca, la Policía de Investigaciones encontró el mismo invento en su casa.
Fuente: Infobae