El cohete puso en órbita sobre la Tierra un satélite llamado Misión de Espectroscopia e Imágenes de Rayos X, que medirá la velocidad y la composición de lo que hay entre las galaxias. Esa información ayudará a investigar cómo se formaron los cuerpos celestes y se espera que pueda ayudar a resolver el misterio del origen del universo.
A bordo viajaba también un Módulo Inteligente que aterrizará en la Luna. No llegará a la órbita lunar hasta dentro de tres o cuatro meses y probablemente tratará de alunizar a principios del año que viene, según la agencia espacial.
Japón ha empezado a reclutar a candidatos a astronautas por primera vez en 13 años, lo que deja clara su aspiración de enviar japoneses a la Luna.