La Real Academia Española de la Lengua define el vocablo “Bulo” como Noticia falsa propalada con algún fin. Me gusta más que la muy utilizada expresión inglesa «Fake News», aunque al final ambas formas sirven para describir algo cada vez más presente en las redes sociales, con grandes posibilidades de contaminar a los medios masivos de comunicación y finalmente a la opinión pública.
En estos días han recrudecido informaciones falsas que afectan a personas de notoriedad pública recomendando de todo, desde productos farmacéuticos hasta inversiones en criptomonedas y otros supuestos activos.
Hace poco tuvo que salir a aclarar la falsedad de una grabación en video el conocido Dr. Mussi, otra víctima del sistema que se propaga principalmente en Facebook, Instagram e incluso X y Tik Tok. Toda vía parece ser válida para hacer correr alguna bola difícil de creer que, sin embargo, siempre puede terminar captando a algunos incautos. Y sobre todo generar un gran desprestigio en la persona utilizada para enviar el supuesto mensaje.
Consultados los expertos acerca de que se puede hacer las respuestas son vagas y desalentadoras. Iniciar una acción legal puede ser tan inútil como buscar una aguja en un pajar. Resulta que estos timos son organizados por compañías fantasmas que jamás han existido a nivel local y que soy muy difíciles de rastrear a nivel internacional.
Un especialista recomienda apenas hacer la denuncia en la propia red en donde se publican estos engaños argumentando estafa. La mayor cantidad de denuncias que se puedan juntar ocasionará la caída de la página. Una suerte de molestia menor ya que finalmente estas pseudo empresas se las arreglan para abrir nuevos portales rápidamente. “Por lo menos deberán gastar más dinero” me decía casi resignado un usuario de redes sociales.
Decenas de figuras de nuestro medio, desde Pelusa Rubín y Menchi Barriocanal, pasando por Ricardo Flecha, el Dr. Tomás Mateo Balmelli, más recientemente Dani Da Rosa y quien esto firma hemos sido afectados. Para hacer más creíble el engaño siempre vinculan las ofertas con medios conocidos tanto locales como internacionales.
Lo cierto es que, con el avance de la “modernidad virtual”, si bien hay grandes ventajas, también se ha abierto una suerte de caja de pandora en donde todo es posible, y la tan mentada Inteligencia Artificial no ha hecho más que agravar la situación. De hecho, ya son varios los videos y audios trucados en donde se reproducen voces e imágenes que las personas afectadas jamás han pronunciado.
Así las cosas, hay que volver a muchas de las buenas prácticas del periodismo tradicional. Esto es el chequeo permanente, de por lo menos tres fuentes distintas, y la consulta con medios y portales de reconocida solvencia y trazabilidad. “No hay de otra”, como decimos los paraguayos.
O sino esto puede convertirse en un pandemónium de inconfesables consecuencias. Un tema que las vanguardias intelectuales del mundo ya están debatiendo y que más temprano que tarde deberá tener alguna forma de combate eficaz o regulación mínimamente racional.
Mientras tanto sigamos aclarando que no tenemos la capacidad de ofrecerles pócima mágica alguna ni inversiones que nos harán millonarios sin trabajar, lastimosamente.
MF
"La era del bulo"
— MEGA TV (@Megatv_py) June 26, 2024
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