Podrán esgrimir el argumento que quieran, pero lo actuado el último fin de semana en el Hospital Barrio Obrero no tiene justificación posible. Lo grabado y editado por el oficial de policía a cargo del traslado de dos personas heridas a dicho nosocomio muestra un grado de insensibilidad humana difícil de equiparar, aunque a decir verdad tampoco se puede decir que este haya sido un incidente aislado.
Los que trabamos en los medios de comunicación somos receptores de periódicas denuncias sobre maltratos parecidos en todo el servicio de salud, tanto público como del IPS, e incluso de muchos centros privados.
Evidentemente hay una conducta ética y moral que viene en pronunciado descenso en un gremio al que le reconocemos siempre el esfuerzo y la dedicación, pero al que le falta evidentemente un sacudón de humanidad, empatía y solidaridad.
De hecho, esta es una profesión que no es para cualquiera. Aquella persona que dedica su vida a salvar otras vidas debe tener una vocación especial de absoluta dedicación y entrega a los demás. Si no posee esa condición, jamás tendría que ocupar ni tan siquiera un puesto de camillero.
Punto aparte para la franca decadencia del servicio del SEME. Algo muy grave está pasando para que cada vez veamos menos ambulancias llegando a tiempo y por el contrario una gran cantidad de heridos y enfermos llevados en vehículos particulares, plataformas, taxis, patrulleras e incluso vehículos de bomberos.
En realidad, lo que está faltando es un golpe enérgico por parte de la ministra Barán sobre el tablero siempre complejo de todo nuestro sistema de salud. No puede ser que sigamos viendo a seres humanos muriendo en los pasillos o parturientas dando a luz en patrulleras o camillas improvisadas. ¿De qué sirve seguir construyendo hospitales si el personal humano no acompaña ese crecimiento edilicio con un mejor servicio y sobre todo con un trato más decente?
La verdad es que lo ocurrido en el Hospital Barrio Obrero es apenas la punta del Iceberg de un sistema de salud que se cae a pedazos. Esta mañana mismo asistíamos el lamentable espectáculo de unas carpas gélidas en las afueras del hospital del Instituto de Previsión Social con la gente aguantando desde ese lugar una estadía a la que están obligados para asistir a sus parientes internados, ya que deben salir a comprar presurosamente todo lo que éstos necesiten todo el tiempo.
En la República del Paraguay la gran mayoría aún no siente que se haya hecho verdad el eslogan de campaña de “estar mejor”, ni tan siquiera en los aspectos más básicos, como lo son el derecho sagrado a ser atendido cuando sobreviene una enfermedad o se necesita una simple y humana atención a una persona que grita de dolor por una fractura y no es atendida.
No hay derecho.
MF
¨La punta del iceberg¨ 🧊
— MEGA TV (@Megatv_py) May 29, 2024
Comentario del día, por @Ferreiromario1 para #info18 sobre el policía que grabó la mala atención en el hospital Barrio Obrero #MegaTv 🔗https://t.co/3671G0JcGY pic.twitter.com/CnLMwTlHT9