Una vez conocido el informe final de la autopsia que confirma que Rodolfo Núñez Scolari falleció a consecuencia de una electrocución, el abogado Guillermo Duarte, quien representa a los locatarios del complejo Arrayanes, deslindó la responsabilidad de sus clientes y apuntó a otra empresa privada.
Argumentó que se contrató a una firma reconocida, “Sport Césped”, líder en el mercado local en colocación de material sintético e instalación eléctrica, pero afirmó que esta realizó un trabajo “deficiente” en la instalación de las lumínicas.
“Se le pagó 440 millones de guaraníes e hicieron un mal trabajo, por eso se produjo la desgracia”, según su entender. Incluso, se pudo constatar que algunos cables con corriente eléctrica de las torres de iluminación tenían solo cintas aisladoras.